Un ejemplo más de la dejadez y deterioro que se observa en los últimos 
tiempos en la Casa Rectoral de Pazos de Arenteiro es la chapuza de 
reparación que se ha llevado a cabo en uno de los muros de la viña de dicha 
rectoral que el propio PXOM califica como finca singular y que por tanto es 
objeto de protección por parte de las Administraciones. En vez de volver a 
levantar el muro de piedra que se había caído, se ha hecho un apaño con 
trozos de madera y uralita viejos que por su aspecto parece que hayan sido 
recogidos en algún vertedero. Pero no perdamos cuidado, porque muy 
seguramente ese ciudadano ejemplar, tan comprometido con la salvaguarda de 
nuestro patrimonio cultural que llega al extremo de escudriñar en los 
cementerios y llamar, eso sí anónimamente, a los responsables de Patrimonio 
para denunciar que se están llevando a cabo obras en él aunque no sea 
cierto, también habrá puesto en conocimiento de esa Administración la 
chapuza que se ha hecho en la rectoral.  Pero en el caso de que se le hubiera 
“olvidado”, tampoco nos preocupemos porque este pasado fin de semana la 
familia de la segunda teniente alcalde de Boborás estuvo trabajando 
precisamente en esa viña, y con toda seguridad  le habrán dado cuenta de la 
situación del muro para que ella, como responsable de cultura del concello 
de Boborás, adopte las medidas oportunas para rehabilitar debidamente el 
muro de esa finca singular.

Imaxe: http://copecarballino.es/sites/default/files/webform/100_0517.JPG [5]