A colación de la denuncia de título "Los malos que van de buenos", he vivido una experiencia similiar hace unos meses.Estando un animal en situación de vulnerabilidad, lo único recibido por parte de dicha protectora fueron malas palabras, cuestionando la ayuda brindada al animal y culpandome de incumplir varias leyes. Entiendo que se deben cumplir, para eso están , pero hay un abismo entre explicarlas de buenas formas y perder las mismas por el camino.
Después lo único que se ve en redes sociales es su clamor diario con golpes en el pecho, de que no tienen ayuda, que son pocas personas para tantos animales, que no reciben apoyo alguno pero, al recibirlo, si no es de su agrado, lo único que se consigue es una mala contestación, un discurso que puede resultar de doble moralidad y por supuesto, demostrar su supremacía por encima de cualquier ciudadano.

Al final, los únicos perjudicados, como siempre, son los animales, que no tienen voz.