Del buen rollo del alcalde

20, Xullo 2018

Ayer jueves, me fue muy sorprendente ver como se toma alguna gente ciertas licencias. Se puede entender que dada la época estival en la que estamos, el buen tiempo y las vacaiones de las que podemos disfrutar algunos gracias a dios, permitan que ciertas normas se salten un poco o las autoridades sean más permisivas. Ahora, todo tiene un límite. Se que hay una batalla entre los partidos que gobiernan Carballiño sobre el tema de las terrazas. No entraré a valorar nada en ese terreno pues hasta ayer tenía una opinión y araiz de lo que me sucedio y voy a contar, hoy tengo otra bien distinta.

Como otros dias sali con mi mujer y mi rapaz a tomar algo a una de las susodichas terrazas. Por lo general solemos ir por las tardes a la fresca, pero ayer sucedio que se nos ocurrio ir dar un paseo despues de cenar. Y paramos en la terraza de un céntrico bar que está muy próximo al ayuntamiento. Serían las 10 de la noche. Hasta ahora no entendia ese recelo por el tema del terraceo, pero ayer empecé a comprender. Con decir que era imposible casi atravesar la plaza de la calle Aldara lo digo todo. Imposible. Y no por la cantidad de gente que hubieses, sino por la cantidad desorbitante de mesas y sillas. 

Esto no sería un problema si dicha sorpresa quedase ahi. Lo peor era el ruido de la música de varios locales que amenizaban y ensordecian cualquier conversación. No entiendo esa mania de hacer de cualquier local una discoteca la verdad. Cierto es que una patrulla de la policia paso un par de veces por alli y ni se inmutaron . Lo peor de que no se inmutaran ya no era por el ruido sino por lo que teniamos aparcado delante de donde estabamos sentados nosotros. En una plaza de minusvalidos delante del ayuntamiento, aparcado a sus anchas un coche deportivo. Yo ingenuo de mi pregunte al camarero de quien era y para mi asombro me dice que de el dueño de la cafeteria donde estabamos y me guiña un ojo. Me atrevi a preguntarle si podía aparcar ahi, pues no tenia la pertinente tarjeta de coche adaptado, y me contesto todo soberbio que el dueño era muy amigo del alcalde y que no tenia ningun problema. 

Pues iba a ser cierto, pues como dije por dos veces paso una patrulla y ni miro para el coche.

Entre el ruido, el exagerado despliegue de terrazas y este pequeño detalle de estacionamiento, me quedo claro esa lucha que hay sobre el tema terraceo. Lamento mucho que halla gente que viva encima de estas discotecas improvisadas. Y lo que más lamento es la permisividad del alcalde y sobre todo que no se cumplan las normas.

Otras medidas se han de tomar si no quieren que sigan existiendo ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.